Lo que distingue a un libro bueno de uno excepcional son dos cosas: la sabiduría que esconden sus palabras y la simplicidad con que éstas transmiten aquella. El libro de Albert Nolan reúne las dos. La facilidad de su lectura y la evidencia de sus afirmaciones puede llevarte a la conclusión de que cosas así las has leído muchas veces. Sólo en una segunda lectura descubrirás su largo alcance. En este mundo sediento de “espiritualidad”, así califica el autor la situación de nuestra sociedad, puede ser un libro de ruta y un manual de discernimiento precioso para acertar con el camino a seguir en esa búsqueda de Dios en nuestra vida. Partir de la realidad y fijar la mirada en el proceder de Jesús se revelan como el preámbulo indiscutible de cualquier itinerario cristiano que pretenda llegar a su meta: una transformación personal y una unión con Dios que nos haga radicalmente libres.
“Para Jesús la libertad no es un fin en sí mismo, sino un medio para algo mayor, a saber, el cumplimiento de la voluntad de Dios. No soy llamado a ser perfectamente libre, sino a hacer la voluntad de Dios; pero sólo puedo hacerla efectivamente si trato de ser lo más libre posible. A nuestros oídos modernos y postmodernos esto les suena a contradicción”.