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 El seis de agosto de 1945 estalló la primera bomba atómica sobre Hiroshima, causando una devastación que marcó por completo a un país y a todo el mundo. Hersey, corresponsal de guerra, fue uno de los primeros en acudir a Hiroshima a contarlo. 

A través del testimonio de seis supervivientes de la explosión, entre los que se contaba un sacerdote jesuita alemán, Hersey describe los efectos de la explosión lejos de las grandes cifras, haciendo bajar la mirada del lector a las tragedias anónimas, cotidianas, de gente común cuya vida fue arrasada y marcada de modo definitivo por la explosión. Cuarenta años después del primer reportaje Hersey, convertido en un destacado activista contra las armas nucleares, volvió a Japón para volver a hablar con las mismas personas. El testimonio de estas personas es un canto a la resistencia frente a la adversidad y a la tenacidad de la vida que se sobrepone a cualquier horror.

 “Un año después de la bomba, la señorita Sasaki había quedado lisiada; la señora Nakamura se encontraba en la indigencia; el padre Kleinsorge estaba de nuevo en el hospital; el doctor Sasaki era incapaz de hacer el trabajo que antes hacía; el doctor Fujii había perdido el hospital de treinta habitaciones que tanto le costó adquirir y no tenía planes para reconstruirlo; la iglesia del señor Tanimoto se encontraba en ruinas y él ya no contaba con su extraordinaria vitalidad”

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Editorial

Turner

Año de publicación

2002

Páginas

184

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