Christopher es un adolescente muy especial. Sus razonamientos, extraños y fascinantes, nos introducen en el mundo de las personas con trastornos generalizados del desarrollo (en este caso, en el denominado síndrome de Asperger). Es experto en áreas muy concretas del conocimiento (la teoría de la relatividad, por ejemplo) pero también está lleno de rutinas, obsesiones y tiene muchas dificultades para relacionarse con los demás. A lo largo de las páginas de esta novela, y con la excusa de averiguar quién ha matado a Wellington, el perro de la vecina, Christopher nos irá explicando cómo entiende el mundo, cómo se ve a sí mismo y cómo se comporta con las personas que le rodean. Este libro está destinado a padres, maestros, educadores, catequistas… y a todo aquel que quiera conocer desde dentro el mundo de la discapacidad y se atreva a asumir el reto de aceptar otras lógicas y otras concepciones del mundo. El contacto con lo diferente nos hace pensar y cuestiona lo que normalmente asumimos o damos por sentado sin más. Tras la lectura de este libro vamos a sentirnos profundamente emocionados y enriquecidos.
“Decidí que iba a descubrir quién había matado a Wellington a pesar de que Padre me hubiese dicho que no me metiera en los asuntos de otras personas.
Eso es porque no siempre hago lo que me dicen.
Y no lo hago porque cuando la gente te dice qué tienes que hacer, suele ser confuso y no tener mucho sentido.Por ejemplo, la gente te dice con frecuencia “Cállate”, pero no te dice durante cuanto tiempo tienes que quedarte callado”