Es este un ensayo que forma e invita a reflexionar. Entretenido, ágil, bien escrito y a veces hasta con un tono socarrón que te hace sonreir mientras lees. Ofrece en sus páginas un diálogo serio con los principales argumentos sobre la existencia o inexistencia de Dios. Diálogos con la psicología, con la filosofía, con la ciencia, con el arte… Tras señalar los límites de los ateísmos, Manfred Lütz va mostrando a qué Dios podemos llegar a conocer: el Dios inmediato de los niños, el de los maestros, el de los filósofos, el de Abraham… hasta llegar al Dios personal revelado en Jesús. Se trata de una obra para creyentes y ateos, que a todos puede hacer pensar. Para leerlo despacio, y disfrutar de sus argumentos (y la alegría de vivir que subyace a sus páginas). En el fondo esta es una respuesta apasionante al San Manuel Bueno que todos llevamos dentro…
«De lo que se trata aquí es de hablar de Dios de forma comprensible, mas no por ello banal. No hay nada peor que el ateísmo chapucero y la fe santurrona. Por consiguiente, habrá que considerar cuidadosamente todas las usuales objeciones contra la existencia de Dios. Y, a la inversa, habrá que presentar todos los argumentos convincentes a favor de la existencia de Dios. Luego, cada cual decidirá por sí mismo qué es lo que, teniendo en cuenta su personal experiencia vital, le parece más verosímil.» (p.15)