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 Vivir la experiencia de Dios en tiempos de crisis de lo sagrado supone desandar un largo camino de exilio al que nos ha llevado una forma ramplona de vida que ha preferido quedarse en la superficie de las cosas olvidando con ello el envés de misterio que se encierra en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. 

Atractiva aventura la que Xavier Quinzá nos propone como camino de conversión: «lo extraño», ese huésped no querido, pero presente no pocas veces en nuestra vida y en la de aquellos que caminan a nuestro lado, puede convertirse en nuestros días en uno de los símbolos más sugerentes para atisbar el paso silencioso de Dios por nuestra historia. ¿Cómo reaccionamos frente a tantos sentimientos, experiencias, acontecimientos “extraños” que detectamos en el curso de nuestro mundo, de nuestra biografía y en la de los demás? ¿Con el habitual miedo o rechazo? Si así lo hacemos estaremos cerrando la puerta a todo lo nuevo y sorprendente que con «lo extraño» quiere llegarse hasta nosotros, para sacarnos de lo rutinario, de lo conocido, y desplegarnos en la plenitud de nuestras posibilidades. Esa es la intención y el sueño de ese “extraño” llamado Dios que quiere llegar un año más a nuestras vidas y a nuestro mundo. 

 “Pero hay una sabiduría escondida en la presencia de lo extraño en nuestras vidas. Porque, sin saberlo, nos está aportando una nueva perspectiva sobre la vida y sobre lo que somos nosotros mismos. Lo próximo oculta también una extrañeza, y ésta solo se nos revela en la acogida del corazón. Es un largo camino el que deberemos recorrer para, en primer lugar, familiarizarnos con la propia extrañeza, y más adelante ir descubriendo que la posible amenaza del otro es, en realidad, un don”.

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Editorial

PPC

Año de publicación

2005

Páginas

174

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