A veces encontramos libros de poemas que son oraciones. La pregunta que no deja de asaltarnos es: “¿podemos rezar con las palabras de otra persona? Aunque cada uno nos dirigimos a Dios con nuestras propias palabras, sin embargo podemos sentir que hay personas que aciertan a expresar nuestras mismas inquietudes y búsquedas. Quizás porque aciertan a reflejar anhelos comunes, heridas universales, alegrías que se hacen propias o esperanzas que todos compartimos. Esto es lo que sucede con los poemas que Valentín Arteaga ha recogido en este libro. Ojalá estos poemas, vividos con gozo por el lector, se conviertan en plegarias en su corazón, si se atreve a saborearlos.
“Qué querrás Tú decirme, me pregunto
mientras ando hasta Ti sin conocerte
todavía, Señor. tú me has llamado
y me he echado al camino sin dudarlo.
No sé ni dónde estás, pero yo voy
andando que andarás; puede que tarde
toda mi vida ya por el viaje.
Yo sé que te veré. Tú me has llamado.
Lo que más me preocupa es qué querrás
Tú decirme. No sé
qué pueda contestarte ni me importa
¡Debe ser muy hermoso cuanto digas!