Este libro tiene algo de novela, bastante de ensayo, y mucho rigor histórico. En el mundo de los Austrias y los viajes de descubrimientos, nos encontramos con la fascinante figura de Pedro Páez: políglota, hombre de acción, intelectual y arquitecto, convirtió a dos emperadores etíopes a la fe de Roma, recorrió antes que ningún otro europeo los territorios del sur de Yemen, levantó un palacio de piedra de dos plantas a orillas del lago Tana y dejó escrito en portugués un imponente libro de caracter científico referido a Etiopía.
Rebeldes, a menudo de origen noble, viajeros, disciplinados, duros en su organización, pedagogos, hondamente formados, militaristas, dados a la aventura y altivos en su honda espiritualidad, los jesuitas de los primeros días formaron una especie de orden de caballería que dio a la Iglesia muy brillantes momentos, tanto en su tarea misionera como intelectual.