Apenas 98 páginas bastan para narrar de manera sobria, ágil y con un punto de ironía el absurdo que supone toda guerra y el dolor que atraviesa la vida de personas normales y corrientes que se ven obligadas a participar en un conflicto que nada tiene que ver con ellas. Un siglo después, Jean Echenoz narra con maestría el horror, la barbarie y el sinsentido del primer conflicto bélico en el que se emplearon armas capaces de generar mucha más destrucción y muerte que cualquier guerra hasta la época.
«Asunto de quince días, había diagnosticado Charles tres meses atrás bajo el sol de agosto. Lo mismo que luego dijo Monteil, y lo mismo que muchos creían por aquel entonces. Salvo que quince días después, treinta días más tarde, al cabo de más y más semanas, cuando comenzó a llover y los días pasaron a ser más fríos y cortos, las cosas no se desarrollaron como estaba previsto». (pág. 34)