No hace falta mucho para descubrir que amar a Dios significa amar al prójimo. Qué fácil sería el mundo si emplearemos nuestras fuerzas en luchar contra los propios prejuicios y no en crear fronteras y levantar muros. Porque solo hay un camino que es el de la paz, el de la justicia y el del entendimiento. Ojalá sepamos descubrir en el otro la presencia de un Dios que sale a nuestro encuentro.
Un amor. Un corazón. Un deseo. Un Dios. A veces, con una simple canción se puede hacer mucho.