Desde el 23 de septiembre a finales de noviembre, en la Iglesia y claustro de San Agustín de Santiago de Compostela se acogerá un trabajo específicamente preparado para el espacio por el artista Jesús Otero-Yglesias. La muestra reúne una selección de 65 dibujos, 15 de ellos acompañados de textos, y ocho esculturas realizadas con madera y objetos. La exposición nace de la lectura de la poesía del nobel sueco Tomas Tranströmer, una poética con constantes referencias a la naturaleza y al ser humano en su fragilidad y misterio. Tranströmer era además psiquiatra y atendía a personas marginadas de la sociedad. Es precisamente esta doble atención, a la naturaleza y al ser humano, la que interesó profundamente al artista, pues entroncaba perfectamente con la esencia del Evangelio y la proyección al futuro de éste.
Así los dibujos inspirados por la poética del autor sueco que ocupan el claustro de esta iglesia compostelana dan cuenta de un bosque que piensa, que siente, habla y se pone en movimiento y que es metáfora de la propia humanidad en su necesidad de protección y cuidado. Mientras en el interior de la iglesia se instalan una pequeña serie de cruces en madera que recuerdan en su forma aviones y que portan cada una un objeto que puede dar luz. Cruces-aviones que imaginariamente podrían llevar las humilde luz del Evangelio por el mundo.