La transfiguración nos ofrece un contraste entre la sombra y la luz; entre la dificultad de la cuaresma (el avance hacia Jerusalén, el conflicto, la necesidad de conversión), y el momento pletórico en el que todo parece encajar (qué bien se está aquí). Una invitación a la esperanza, especialmente necesaria en tiempos turbulentos. Así comparten el evangelio del segundo domingo de Cuaresma desde Voces Esejota.