Me pasé desde los 88 hasta los noventa y pico pegada al equipo de música que tenían mis padres en el salón, escuchando música. Después de ayudar en casa con mi madre, me sentaba en el suelo, cerquita del reproductor, con la cinta y el dedo preparados para grabar la canción deseada, rezando para que el locutor no hablara y la grabación me quedara impecable. Cintas de música con la banda sonora de mi adolescencia. Y sí, Tina Turner también fue parte de ella, con ese pelo poderoso como ella, esos vestidos cortos que dejaban ver sus piernas fuertes, esa música única e irrepetible que, para mi gusto, ya no se hace, pero que es eterna.

Recuerdo verla por la tele, llenando el escenario con una energía aplastante, arrolladora, desbordante… e imagino que allí, en ese escenario del que era dueña absoluta, echaba hacia fuera la rabia y el miedo de unos tiempos pasados en los que sufrió el maltrato de un marido abusador y explotador.

Con su música, Tina Turner fue inspiración para muchas mujeres fuertes como ella, como Venus Williams o Beyoncé. Pero supongo que también de muchas mujeres anónimas que aprendieron que, en los momentos en que la vida golpea fuerte, hay que sacar garra y tirar adelante con la cabeza alta, con fuerza, con valentía. «Labios rojos», como dice una amiga mía que hay que hacer cuando llegan los problemas. Y Tina siempre los llevaba rojos.

Como oí una vez a un personaje en una película: «Se está muriendo gente que no se ha muerto nunca». Puede parecer una perogrullada, pero hay mucho detrás de esas palabras. Gente que no dejó que la vida y sus avatares la aplastaran, y se levantaron una y otra vez, a golpe de esperanza, de lucha o de rock.

Pues sí, se está muriendo mucha gente que formaron parte de la banda sonora de mi adolescencia. Es verdad, la edad no perdona, es ley de vida. Pero, aun así, todos los que vivimos la época de aquellas grandes estrellas de la música hemos sentido que un cachito de nosotros, de nuestra vida, de nuestra juventud, se ha ido con ellos. Ahora, otro cachito más se me escapa contigo, Tina Turner. Fuerte, talentosa, irresistible, potente, seductora, brava… con esa forma de moverte en el escenario tan tuya, ese pelo leonino, esa voz poderosa. Ay, Tina, donde vayas, quizás Rolling on the river, recuerda siempre que You are the best.

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