Te cuelas en mis claroscuros,
los que me hacen sufrir,
y me invitas a la luz
para que pueda vivir.
Son muchas mis riquezas,
que me impiden partir.
No me dejes nunca
si contigo decido ir.
Conoces mis pecados,
los que me hacen morir.
Si sabes de mis miserias…
¿Por qué me quieres recibir?
Me llamas por mi nombre
cuando me echo a dormir.
En mi está la respuesta
sí, Te quiero seguir.



