- Porque se trata de una arrebatadora experiencia que no deja indiferente al espectador, sacudido por tres o cuatro puñetazos metafóricos en la boca del estómago que lo dejarán literalmente sin respiración
- Por la interpretación de Sergi López en el papel del padre angustiado por encontrar a su hija y el resto de actores sin experiencia, incondicionales de las fiestas musicales ‘raves’, que le dan réplica en el reparto
- Por la hipnótica fotografía de la gran cordillera marroquí, convertida en un protagonista más de la cinta y el único lugar imaginable en el que puede desarrollarse la trama
- Por romper con todos los moldes y estereotipos del cine español contemporáneo, algo que viene siendo habitual en las películas del director Óliver Laxe




