Amor misionero

Amar hasta que duela.
Duele amar
Duele amar a quien conoces.
Duele entregarse a lo encomendado a fe ciega
porque son amados por Dios.
Duele irse de los sitios.
Duele amar cuando aún no se ha llegado.
¿Cómo no amarlos yo? Aún no los conozco, ni ellos a mí.
¿Me amarán?
Tampoco te amaron a Ti y te encarnaste por cada uno de nosotros.
Darme en cada sitio; sabiendo que darme es tratar que te conozcan a ti,
que te amen y sigan cómo y desde donde tú quieras,
que vivan su aquí y ahora dándose.

Amarles sin conocerles;
querer conocerles, saber de ellos para mejor ayudarles.
Amar incluso con la herida abierta de quienes dejé atrás;
seguir amando, hasta que pueda, hasta que duela, hasta que muera.

Amar sin saber si seré amado.
Amar sin buscar ser amado.
Amar desangrándome como tu Sagrado Corazón,
que sigue dándose aún con la Cruz a cuestas;
que sigue dando vida
en cada gota de sangre producida por la corona de espinas;
siendo luz que guía en el sendero.


En Vos confío.
Quiero y deseo y es mi determinación deliberada
que mi seguimiento será vivir como tú haces.

Así sea.

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PastoralSJ
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