Seamos libres para ser… ¿Cómo que «para ser”? ¿Qué chorrada es esta? Pues no es ninguna chorrada, es una invitación que nos llega en un tiempo en el que “qué dirán” y el “qué pensarán” están muy presentes.
Con este “para ser”, no me refiero al típico “ande yo caliente, ríase la gente”. Me refiero a ser nosotros mismos, sin miedo a la opinión, al juicio o a la burla de los demás.
Tenemos nuestra propia forma de ser, nuestros propios valores, nuestra propia fe, nuestra forma de ver el mundo, pues somos cristianos. Y no somos todos iguales, Dios nos hizo diferentes.
Tu ahora puedes decir “vale, no debo tener tan en cuenta la opinión ajena, voy a caminar por la calle gritando…”. No se trata de eso, sino de ser nosotros, como Dios nos hizo, con nuestros gustos, y viviendo como cristianos, mostrando nuestra fe sin vergüenza. El mismo Jesús nos dijo que no lo tendríamos fácil. Entonces debemos mostrarnos fieles a Él, siendo reflejo de Él en el mundo. Sin miedo.
Y es que esto se puede resumir en dos ideas: la primera, ser nosotros mismos, ni más ni menos, sin molestar a nadie, respetando la dignidad y sin desatender buenos consejos. Y la segunda, ser libres para ser, para llevar a Dios allá donde vayamos, llevar su Palabra, su amor, ser testimonios suyos. Ser cristianos sin miedo, sin tener en cuenta el “¿Qué dirán?” De tus compañeros de trabajo, por ejemplo.
En conclusión, no tener miedo a que sepan que somos cristianos y no tener vergüenza a ser nosotros.