Sinopsis

En 2029 la población mutante ha quedado significativamente reducida y se han disuelto los X-Men. Logan, cuya factor de recuperación está muy mermado, se ha dado a la bebida y ahora se gana la vida como conductor de limusina. Está al cuidado de un Profesor X anciano y achacoso, al que mantiene oculto. 

Un día, una mujer desconocida le pide a Logan que conduzca a una niña llamada Laura hasta la frontera con Canadá. Al principio se niega, pero el Profesor llevaba mucho tiempo esperándola y esta niña, a la que persigue una poderosa corporación, guarda un extraño parecido con el Lobezno que fue.

Título original
Logan
Dirección
James Mangold
Guion
James Mangold (argumento) y Scott Frank (guión)
País
Estados Unidos
Año de publicación
2017
Reparto
Hugh Jackman, Patric Stewart, Dafne Keen, Boyd Holbrook, Stephen Merchant
Trailer
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Portada
Logan Imagen 1
Duración
140 min.
Para pensar

Esta película da pie a reflexionar muchos valores fundamentales en el desarrollo de la personalidad y las relaciones 

1) Arrepentimiento. Nuestros héroes, en esta entrega, no son infalibles e impolutos. Son grandes porque saben reconocer toda la porquería que traen a las espaldas. Esto les hace sufrir y a la vez les ayuda a reconocerse con mayor honestidad para recomenzar el camino hacia la conversión.

2) Saber aceptar lo bueno. En una historia, en un mundo lleno de violencia y brutalidad, en el que siempre andan a la gresca, en el que los malos están siempre persiguiéndoles, hay una invitación a no dejarse cegar por las tinieblas, una invitación a mirar a la luz, a abrazar lo que hay de bueno (una familia acogedora, un momento de paz y sosiego, un refugio seguro…) y acoger su fuerza transformadora.

3) Redención. Muchos personajes se van viendo con su miseria, con su colaboración con el mal. Pero no se quedan ahí, sino que acogen la oportunidad que se les ofrece para redimirse: buscan en su interior y recuperan lo mejor que hay en ellos, su dignidad, el amor por los suyos que les termina llevando al sacrificio de sus personas en aras de aquellos que antes habían traicionado. 

4) Responsabilidad. Logan, al que vemos coqueteando con el suicidio, se ve empujado por los acontecimientos a afrontar su tarea, de arrostrar su responsabilidad. No hay otro que pueda hacer lo que uno ha de hacer. La indolencia no lleva sino a la complicidad; el desafío es no conformarse, no dejarse llevar: ser responsable. 

 

Porque mira la violencia a la cara. El mundo de Logan es violento, descarnado, brutal. La película gira en torno a cómo estos personajes lidian con la violencia: son cómplices de ella, sufren por ella, se resisten a ella. La película no edulcora nada y el resultado ayuda a la reflexión.

Porque es una gran despedida; la mejor posible para estos personajes que hemos aprendido a querer a lo largo de toda la saga de X-Men. Gracias a esta película podemos abrazar la pérdida y experimentar el duelo de una manera sentida y densa.

Porque nos habla de paternidad. Como otras pelis duras (Valor de Ley (Coen, 2010) o Capitanes Intrépidos (Flemming, 1937)), Logan nos habla de vinculación intergeneracional, pero nada edulcorada. Violencia, ¿recuerdas? Pero también entrega, padecimiento esforzado, amor, donación y sacrificio.

Porque es un western. Todo el mundo habla del tono crepuscular, y es que está magistralmente logrado; héroes desgastados y doloridos, que se chocan y se rebelan contra el fatalismo (¿os acordáis de Sin Perdón (Eastwood, 1992)?)